Issam Koteich: "Las cocinas no son puras, son mestizas"

Issam Koteich, chef del restaurante Cordero, presenta con orgullo su nuevo menú degustación con lo mejor de su propuesta y un profundo homenaje a sus raíces sirias, su experiencia de vida y la despensa nacional

Issam vino en 2023, por un mes, a asesorar un restaurante de Cordero en Caracas y seguía a Canadá junto a su familia. Nunca se fue y en muy poco tiempo, posicionó al restaurante especializado en esta proteína como una experiencia obligada en la capital; entró en la lista de los 50 Best Latam y en su segundo año, no solo mejoró la posición en la lista, también recibió el reconocimiento como el mejor de Venezuela.

Un gran reto para tener tan poco tiempo en el mercado y sin ser precisamente el cocinero más conocido del momento. Aunque para quienes visitamos Mérida hace unos años, él era el chef de Melao, un sitio memorable en la ciudad andina. Sin embargo, las mesas hablan por sí solas y la experiencia que se degusta es contundente.

Este restaurante cumple con el Farm to table (de la granja a la mesa) y junto a Proyecto Ubre, cosechan sus propios vegetales y crían los animales que se consumen en el restaurante. Issam es sirio y su socio, Pedro Khalil, es libanés, por lo que dentro de su propuesta hay guiños árabes que homenajean sus raíces.

El chef afirma que su identidad es la suma del camino recorrido hasta ahora, que incluye haber trabajado en diversos lugares del mundo como Tailandia, el País Vasco, Madrid, Barcelona, Dubai, Francia e Italia. Estas experiencias lo han moldeado e influenciado y comparte:

“No se trata solo de visitar, sino de vivir la experiencia, estar expuesto a ella diariamente y que eso dialogue con los ingredientes y la despensa de su país”

El proceso creativo

Koteich concibe sus platos primero pensándolos y escribiéndolos en un proceso en el que entiende la esencia del plato en su mente. Este acto es fundamentalmente orgánico y es una expresión auténtica del "quién soy", donde el sentimiento y la comprensión, más allá de la mera técnica, son esenciales para que la comida tenga feeling y hable de quien la crea.

Trabajo genuino, en equipo. El respeto por los espacios

El poder contar con un socio que lo entiende y respeta, que lo deja crear, le permite desarrollar propuestas llenas de inspiración y creatividad. Koteich reconoce que el tener un equipo de nivel, le deja seguir desarrollando ideas que le siguen aportando al restaurante, una experiencia de alto nivel.

Por eso, el entrenamiento es constante dentro y fuera del país, donde se genere un intercambio cultural que profundice en el compromiso de quienes lo acompañan no solo a él, sino a todos en este proceso.

14 platos cuentan la historia de Cordero y su propósito en un recorrido donde la proteína se transforma de tal manera que nada compite ni sabe igual.

Para esta versión, el menú cuenta con platos clásicos como nuevos e incluye la oportunidad de hacer armonías sin alcohol, algo que se ha convertido en tendencia en el resto del mundo.