Después de casi dos décadas, las hamburguesas Ávila Burger apagan sus brasas

Ávila Burger, reconocida marca venezolana de hamburguesas al grill, decide apagar sus brasas y se despide con un repaso de casi 18 años de experiencia y aprendizajes

Lo que inició como un hobby/emprendimiento en el Hotel Ávila, debía cumplir con la meta de vender 11 hamburguesas diarias para poder cubrir los gastos del negocio. Cuando no lograban llegar a la onceava, Jorge Arredondo, que es ingeniero, y su socia principal Carolina Fuentes, abogado, sacaban de su bolsillo, para completar y tener al día la inversión.

Poco a poco, la propuesta de hamburguesas al grill fue gustando y las recomendaciones llegaron a tal punto que Toto Aguerrevere, personaje querido de la escena caraqueña, celebró sus treinta años en este lugar, donde ya habían adquirido fama por la calidad de su oferta.

Carolina Fuentes & Jorge Arredondo

Un poco de contexto

Entre 2008 y 2011, años en que abrieron las dos primeras tiendas, no existía la fiebre que se vive hoy por este plato. De hecho, estoy casi segura de que la moda era comer sushi. Aún así, aproveché la oportunidad para curiosear mi colección de revistas Bienmesabe y poder refrescar de qué hablábamos en esa época.

Durante ese periodo, recomendábamos restaurantes españoles e italianos, pero también empezamos a hablar más sobre nuestra despensa nacional y qué empezaban a hacer con ello los cocineros.

Sin embargo, en 2011 aparecieron en el escenario gastronómico dos marcas que casualmente entrevistamos en distintas ediciones: Ávila Burger y su competencia directa, Araxi Burger.

Antes de eso, quienes lideraban el mercado eran las grandes cadenas de comida rápida que venían de EEUU y por Venezuela, el famoso Tropi Burger, que no aportaban mucho más que promociones y combos. Luego apareció Chipi´s Burger, un modelo de negocio más fast casual, donde uno armaba su propia hamburguesa y había la opción de pedir el término de la carne como te gustara.

¿Por qué emprender con hamburguesas?

Era muy sencillo: cada vez que Caro y Jorge salían de una consultoría con clientes y era hora de almorzar, siempre coincidían en que querían comer hamburguesas. Este condumio era ganador a la hora de compartir gustos y antojos, y frecuentemente terminaban en el hotel JW Marriott donde había un festival fantástico, miércoles y viernes, que atraía a mucha gente.

¿Se inspiraron en alguna marca en especial?

“Quisimos cambiar la forma de comer hamburguesas y lo hicimos de manera natural, sin estudio de mercado ni nada.

De hecho, a la primera persona que llamamos cuando abrimos, fue a Luis Eduardo “Chipi” Machado, de Chipis Burger, porque él viene de la Universidad de la hamburguesa, en Chicago de McDonald's, fue del equipo fundador que trajo McDonald's a Venezuela. Llegó un sábado al hotel Ávila con un poco de libros, nos los puso enfrente y nos dijo: "Bueno, diviértanse carajitos." Así, tal cual, contento con el plan.

Cuando abrimos la segunda tienda en la Cuadra Gastronómica, tomamos conceptos que nos gustaban de los new yorquinos: JG Melon, PJ Clarkes…”, comenta Arredondo.

¿De qué forma cambiaron la manera de comer hamburguesas en Venezuela?

“Con nosotros, ya no tenías que ir a la caja para buscarla y pagarla. En Ávila Burger te las servíamos en la mesa y la vendíamos con una cervecita o con tu bebida favorita.

Otro valor agregado era que nuestra propuesta era al grill y tú pedías el término de la carne. Algo que ha cambiado considerablemente en los últimos años donde la tendencia es comerlas estilo smash”.

El concepto

Caro y Jorge son deportistas y les encanta visitar el Ávila: “Corremos por ahí, hacemos las rutas y la verdad, me atrevería a decir que es lo más emblemático que tenemos en nuestra ciudad. Si estás perdido, miras hacia la montaña y ese es el norte. Entonces para nosotros el Ávila fue la inspiración que nos permitió ponerle los nombres a nuestro menú y darle una personalidad que al final terminó siendo el reflejo de nuestras vidas”.

Hamburguesas para todos los gustos

Los socios siempre tuvieron claro su intención: que el comensal conectara con productos de calidad, se comiera una buena hamburguesa y que estuviera justificado lo que iba a pagar por ella. Todo eso acompañado por la experiencia que incluyera una merengada divina, con sabores que te llevaran a tu infancia en Venezuela.

Además, la marca tuvo disposición a escuchar las solicitudes de sus clientes e incluir sabores diferentes en su carta. Es así como incorporaron una hamburguesa de pechuga de pollo, otra llamada Lagunazo, donde tuvieron una linda oportunidad de trabajar con la marca Oceanía, que les vendió los patties para esa propuesta. También incursionaron con el cordero y el pato, pero al final, la gente las probaba y volvía a pedir carne de res. Preferían las proteínas tradicionales.

Aunque los socios no son cocineros, les gusta comer y combinar sabores, por lo que constantemente se mantuvieron explorando nuevas propuestas.

Del emprendimiento a la franquicia

Ávila Burger ya contaba con tiendas en San Bernardino, Los Palos Grandes, El Hatillo, Tolón, Valle Arriba y de repente llegó una oportunidad de oro: el grupo de Salón Cantón tocó la puerta.

El Grupo había comprado una casa en la urbanización La Castellana y quería incluir dentro de sus espacios una hamburguesería, por lo que contactaron a Ávila Burger y les dijeron, "Vamos a poner hamburguesas with or without you (con o sin ustedes)". Y la decisión estaba entre ellos o la competencia (Araxi). Con ese acercamiento, Carolina y Jorge, teniendo experiencia en el tema y habiendo desarrollado instrumentos, decidieron otorgar su primera franquicia a esta empresa, que además cuenta con una amplia experiencia en el mundo de la restauración con diversas marcas.

De ahí en adelante, el crecimiento fue exponencial, llegando a contar con 16 establecimientos en las principales ciudades del país.

La pandemia trajo cambios

Hamburguesa Avila Smash

Con la pandemia, surgió otra oportunidad interesante para ampliar el portafolio como respuesta a nuevos comportamientos del mercado y crearon Ávila Veggie (dirigido a un público vegano/vegetariano) y Ávila Smash para los amantes de este estilo de hamburguesas, en unas dark kitchen dentro de sus restaurantes.

Cuando la pandemia finalizó, incorporaron esas hamburguesas a la carta original de Ávila Burger donde convivieron en perfecta armonía.

Alianzas que provocan

“No hay ni mejores ni peores alianzas”, reflexiona Jorge, “…pero creo que hay unas que con el tiempo se convierten en familia, donde ambos buscamos el mismo objetivo, como fue el caso de Pan Alemán o con Coca-Cola que me invitó a Atlanta, para hacer un curso.

También nos sirvieron de plataforma para recaudar fondos de una forma sabrosa, con distintas fundaciones como Doctor Yaso y durante cinco ediciones a la cheese burger le poníamos un tomatito cherry como la nariz del payaso y la acompañábamos con una merengada de Oreo para recaudar fondos a través de una experiencia por una buena causa”, recuerda.

También contribuyeron con Comparte por una vida y Ana Isabel Otero con sus merengadas de Oreo, Juan Chichero, etc. Lo más reciente fue con la gente de Impronta, con Bernardo Guinánd.

El apoyo entre marcas en tiempos difíciles

Merengada de Oreo

Una de las reflexiones más valiosas que compartió Arredondo, fue la importancia de recordar que, como emprendedor o empresario, no somos los únicos y mucho menos estamos solos. Sin importar cuál sea la situación por la que pase el país, todos la estamos viviendo y aunque suene trillado, en la unión y sobre todo la humildad, está la fuerza.

Jorge confiesa: “Cuando sufrimos la crisis de la escasez de productos, varios directores de compañías nos reunimos para hacer brainstorming de lo que sucedía y compartir cómo estábamos resolviendo para poder cumplir con nuestros negocios en cuanto a escasez y compra de los productos.

En esos encuentros no éramos competencia; sencillamente escuchábamos qué hacía cada uno, qué le funcionaba y aprendíamos de esas experiencias para que, al salir de ahí, cada uno pudiera tener mejores herramientas sobre cómo resolver y retomar la competencia sana. De esas forma, ciertas crisis se hicieron más llevaderas”.

¿cÓMO ESTÁ EL PANORAMA?

Para Jorge, las marcas de hamburguesa actuales están haciendo un trabajo interesante, cada una le habla a un target diferente y sucede en todo el país, no solo en Caracas: “desde el restaurante más fancy hasta el que está en la calle, todos están ofreciendo propuestas particulares. Sin embargo, no todas tienen un propósito claro y obviamente, no todas perdurarán en el tiempo”.

Un mensaje antes de apagar el grill

Ávila Burger cumplió casi dos décadas en Venezuela, abrió 16 restaurantes y contó con 400 personas en nómina, aproximadamente, además de trabajar con numerosos proveedores, productos bien hechos en Venezuela, aliados y socios que le dieron a esta marca un puesto importante en el top of mind de quienes disfrutaban de las hamburguesas al grill.

La marca, se adaptó a los retos que el país presentó y así como se transformó en franquicia, amplió el portafolio, apoyó fundaciones y supo seleccionar sus batallas en cuanto al tema de compras: si bien hubo un gran esfuerzo en trabajar con marcas nacionales, algunos años, la opción más económica y de calidad fue importar materia prima para garantizar la calidad del menú.

Y aunque lograron “surfear varias olas”, después de muchos análisis y esfuerzos, entendieron que los gustos cambiaron y que la marca merecía un descanso. Replantearse el negocio y entender un nuevo camino se volvió oportuno.

La última tienda localizada en la cuadra gastronómica, aprovecha la semana de la hamburguesa e invita este jueves 29 de mayo al final de la tarde, a una charla con Chipi Machado y Jorge Arredondo, quienes compartirán un recuento de la historia de la hamburguesa en Venezuela, para luego disfrutar de los platos estrella de Ávila Burger, junto amigos y familiares que quieran acompañarlos en el cierre de este espacio a punta de mordiscos.

Sigue las coordenadas en @avilaburger